Me gustaría compartir con vosotros
este relato que he encontrado hoy y que está incluido en Morfogenia, de
Pablo J. Luis Molinero:
Chico y Chica
Copyright
© Pablo J.Luis Molinero, 1980
Todos los
Derechos Reservados
-->; Por primera vez Chico tuvo
conciencia de que existía.
Hacia tiempo que existia; pero hasta ahora su
cerebro no había producido todavía la energía suficiente para percatarse de su
propia existencia.
En una rápida
exploración mental, llegó a la conclusión de que estaba formado por una cabeza
donde se alojaba la verdadera y principal esencia de su ser; por encima de esta
un cuerpo o depósito intermedio donde se acumulaban los alimentos que, por medio de un largo y estrecho conducto,Ilegaban al mismo.
un cuerpo o depósito intermedio donde se acumulaban los alimentos que, por medio de un largo y estrecho conducto,Ilegaban al mismo.
Dentro de este cuerpo existía un órgano que
tomaba parte de los alimentos depositados y los enviaba dosificadamente a la
cabeza y al resto del cuerpo para que todo su ser fuera
debidamente alimentado. Tambión expelía los desperdicios fuera de sí a través del mismo mencionado conducto externo. Este conducto se alargaba hasta ensancharse bruscamente en una extensa piel envolvente que constituía el límite de todo su ser conteniendo, entre Sus paredes, un líquido que permitía a la cabeza y al cuerpo mantenerse en un mullido estado de flotación; máxime teniendo en cuenta que, con la ayuda de unas protuberancias o extremidades que le salían de la parte superior e inferior del cuerpo, podía mantener un continuo y agradable estado de equilibrio.
debidamente alimentado. Tambión expelía los desperdicios fuera de sí a través del mismo mencionado conducto externo. Este conducto se alargaba hasta ensancharse bruscamente en una extensa piel envolvente que constituía el límite de todo su ser conteniendo, entre Sus paredes, un líquido que permitía a la cabeza y al cuerpo mantenerse en un mullido estado de flotación; máxime teniendo en cuenta que, con la ayuda de unas protuberancias o extremidades que le salían de la parte superior e inferior del cuerpo, podía mantener un continuo y agradable estado de equilibrio.
Una breve pausa en sus pensamientos fue
enseguida interrumpida por un caudal de preguntas: ¿Qué soy realmente?, ¿qué
hago aquí?, ¿de dónde vengo?, ¿hay algo más que esto?, ¿estoy solo?
Su inquietud y su
angustia crecían progresivamente, penosamente ante el vacío cada vez mayor que
se producía en su mente por la falta de respuestas.
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